Los 7 botones del panel de control resultaron unas bestias intimidantes al lado del control remoto del DVD, siempre amable. ¿Play-Pause-Stop no es todo lo que uno necesita para controlar en esta vida, cualquier artilugio? Alineados en 2 columnas y sin instructivo de cómo usarlos intenté familirizarme un poco. Los del lado izquierdo hacían combinaciones con los de la columna derecha, pero en ningún lugar decía “Oprímase pulsante 1-left con pulsante d-right para una vibración trepidante”.
¡Buenísimo! Cualquier nave Lego Star Wars del Majito resultaba pan comido en comparación.
Unos encendían el motor principal, el del cuerpo del aparato y otro par controlaban el motorcito alterno es decir, al colibrí. Descubrí también que el último de la columna izquierda encendía unas luces estrambóticas que lo iluminaban todo por dentro, hasta el piquito, como placa de rayos X animada, con onda. ¡Bien! ahora solo le pongo Vick Vaporub al avecita y tengo mi propio rave íntimo,
¡Uff! la tacha vaginal. Mi clítoris y el colibrí enganchados por el estado sublime de la droga.
No me hubiera sorprendido descubrir por ahí alguna bocinita oculta con ritmos punchis punchis.
Pulsé Play en el reproductor. La función finalmente comenzó. El set precario. Un sillón iluminado con el foco de la cocina, una oriental con un gordo, no banda sonora, osea no música, ni siquiera de esa barata como de elevador. Pasados unos minutos los gemidos de la chica eran insoportables. No eran gemidos, más bien chillidos o aullidos lastimosos de un animal torturado que se repetían casi con la presición de un “sampleo” obra de un DJ demoniaco.
Mute. Porno mudo. Mejor.
Lo que sucedió después fue que el sonido del juguete inundó la habitación, ensordecedor como la licuadora o la aspiradora. Motor de “vocho” con el escape roto. Lejos de ser excitante, terminó por disparar toda mi neurosis. Ahí como pude fingí no escucharlo, nivelé el volumen de la tele y la cosa se complicó cuando hubo que maniobrar el panel de controles más bien a ciegas, o bajo riesgo de quedar chueca por la contorsión.
¿Cómo mierda me dejé llevar por el entusiasmo de mi Gurú del sexo?
Además pagaste una lana por esa cosa... El Antiorgasmo a todo lo que da... pero queda el consuelo de la risa... ¡uf!- @zal
ResponderEliminar@zal,
ResponderEliminarLa risa como antídoto del antiorgasmo. Genial!
Saludos ; )
P:
ResponderEliminarLograste reirte de algo que pudo haberte traumado para siempre. Con el uso encontrarás el modo perfecto y del ruido te olvidarás.
Jajaja...!
ResponderEliminar; )
ResponderEliminarjeje!
jajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarmietras tomes la vida de ese modo estas salvada jajajajajajajaja felicidades. besos