6O minutos. Es el tiempo que llevo chateando con este chico. Una hora completa en la noche de este domingo caluroso. Rompí una marca, sin duda.
Estudiante del ultimo año de periodismo, me habla con entusiasmo de una publicación electrónica que está por lanzar, nos tecleamos veloces nuestros gustos de lectura, jugamos al tenis con el cine de vampiros cachondos y me doy cuenta de que he sonreído cada vez que leo y que me río más, cada vez que estoy por oprimir Enviar. Las letras están de luto. Así se presentó. En la pantalla aparece al mismo tiempo, un Saramsiváis. Una sonrisa, el atisbo del punto en la liga, que podríamos jalar hacia atrás. Cómplices más travesura. Es un cortejo con mucha chispa, una coincidencia en línea.
Casi al final pregunta: ¿qué haces aquí? Lo mismo que tú supongo ¿Quieres que hablemos de cosas hot? No, en realidad no ¿Querrías? No, no hace falta Me imagino que eres muy bonita, eres inteligente Gracias, soy bonita Me tengo que ir, pero te agradezco el chat Nunca había pasado tanto tiempo con alguien de por aquí gracias de nuevo espera te doy mi correo electrónico, si tienes ganas escríbeme Me la pasé bien Iguanas Ja ; )
No me preocupaba tanto que fuese joven, si no que la fotografía mínima en una esquina de la ventana de chat me mostraba a alguien con apariencia de 15 y todo su acné.
Me siento a punto de tirar la toalla. Pensé que todo esto sería más fácil y simple y justo por eso, por simple empieza a aburrirme. Y cuando encuentro a alguien divertido e ingenioso, parece menor de edad y su físico no me prende.
Mi amiga Matilde (antes Lau) es una mujer con suerte.
Salgo del sitio, un poco fastidiada. Me voy a dar de baja, pienso. No puedo creer que eso de, un orgasmo frente a la compu, sea tan difícil de conseguir. Y lo es.
Y no.
Busco la página de videos Porno free y mientras carga, voy por un vaso de leche a la cocina. Me acomodo de nuevo en el respaldo de la silla y miro por la ventana el edificio de enfrente, todo apagado.
¡Ja!
