viernes, 14 de enero de 2011

El Pibe: Buen Viaje





El Pibe llama. Se le complicó el día, el viaje, el vuelo. Manda un chorro de besos, se oye compungido. Nos veremos cuando regrese. Mas besos, cortamos la llamada.

Apoyo suspirando el teléfono sobre la mesa de mi escritorio y una brisa de alivio me refresca la piel. Vuelan hormigas por todos lados. No sé que me  pasa con El Pibe, pero por lo menos durante tres semanas no tendré ni que pensarlo. Sonrío.

jueves, 13 de enero de 2011

El Pibe: ¿ ?




Una fuerte inquietud me recorre la piel. De los pies al cuello. La sensación de un batallón de hormigas pertrechando el alimento, antes del invierno.  El Pibe.

No sé cómo me encuentro a todas horas pensando en él. Hasta dije si, otra vez.

No hemos coincidido. Canceló el lunes, yo cancelé el martes, el no podía el miércoles y hoy vuela a Buenos Aires en la noche. Hace una hora recibí un mensaje “Hoy? Hora de la comida?”

Respondo que sí. Apenas son las 11, sí decido cambiar de opinión en cualquier momento le puedo mandar un mensaje para cancelar. Porque esa sensación del millón de hormigas subiendo por mi piel me hace sentir algo parecido al miedo. No quiero verlo, me digo, pero lo imagino todo el día. Si cancelara, un simple y llano “se me complicó la tarde” sería suficiente. El Pibe no se lo toma a mal, nunca; seguiría mandando besos y remataría con un “quiero cogerte”. Me gusta su actitud desenfadada. Ultimamente mucho. Y no ha dejado de insistir y eso me sorprende.

El recuerdo de Muy Lindo –fuck like a pornstar- hace que se me sacudan hasta las amalgamas, eso, de ternerlas porque nunca he padecido una caries. El recuerdo de su cuerpo encima del mío, su pelvis al compas de la mía. Muuuuy Lindo. Quiero verlo de nuevo. Ya.
No entiendo si El Pibe ocupa demasiado mi mente porque he escrito mucho sobre él en estos días, o simplemente porque me gusta de nuevo, casi como antes.
Y Machín Patán que ya llegó y que espero me busque, pronto. La espera empieza a cansarme y aún así la idea de sus ricitos entre mis dedos me hace sonreir. Me gusta mucho.

Y Muy Lindo que coge como un pornstar…
Hasta el lector anónimo del blog con quien he chateado estos días. Porno chats.

Varios me tienen de cabeza esta semana, pero sólo la sonrisa de El Pibe cae certera como un dardo en mi cabeza. Sin fallar el blanco, una y otra vez ¿Qué me pasa?


Tal vez me estoy enganchando de nuevo con El Pibe.

En un acto histérico hablé anoche por teléfono con mi amiga Gonsen. En un soliloquio inconexo y desarticulado intenté explicarle lo que no entiendo, me está ocurriendo.


La respuesta de Mia Gon rebasó toda contundencia. Un carcajada billante como una cascada, larga, relajada y suave. Después sólo dijo:


-Ay Maja.


Me contagió de su afecto y empezé a reirme también.