Pasan 2 minutos y mi celular empieza a sonar. Es ella. Lo sé antes de mirar el ID en la pantalla. Esperaba un mensaje, no su voz, es ella, me retiro un rizo de la frente, aclaro la garganta y contesto intentando sonar misteriosa y jovial:
-¿hola?
-QUIEN HABLA??????
-La Maja
-QUIEN???? QUIEN HABLA????????
-La Maja...
El tono de su voz es como la furia de un huracán que se me viene encima y en un segundo acaba con mi existencia, tan aburrida hasta hace 30 segundos. El desconcierto me invade, no sé ni que decir. Parece que ella estuviera respondiendo a una de esas llamadas de call center inoportunas y molestas, o peor aún como las llamadas del centro de cobranzas de la tarjeta de crédito cuyo adeudo traspasó el límite de lo pagable. La Actricita Pettitte no me reconoce y no entiendo porqué.
Con el tono más engreido posible, continua:
-AH. NO SE QUIEN ERES, NI PORQUE ME MANDASTE UN MENSAJE, PORQUE AQUI TENGO UNA LLAMADA DESCONOCIDA DESDE TU NUMERO (?!)…
De un zarpazo certero, mi ego ha quedado regado por toda la habitación, hecho jiras, herido de muerte. Recuerdo de un golpe a la “niñita Chantilly” un personajito animado de un comercial de antaño, con la apariencia más dulce e inocente del mundo hasta que se convierte en un mounstro que de un bocado acaba con la mano que se atreve apenas a acercarse . Un Rottweiler asesino.
Como puedo, reuno esos pedacitos -lo que me queda de orgullo- que encuentro dispersos sobre la colcha de mi cama, esas cauditas agonizantes, que se arrastran pidiendo clemencia.
Pero la ironía me ha quedado intacta y apelo a mi lengua mordaz solo para decir:
Sin duda me equivoqué de número y sonriendo sarcástica añado Buenas Noches.
Presiono END, cierro los ojos y lo único que veo es a El Inspector, ese personaje de La Pantera Rosa gritándole la órden a Dodó, su fiel tímido y torpe asistente, !apaga la luz Dodó! y Dodó convirtiendose en una bestia del terror !Prende la luz Dodó! y Dodó tonto y bueno como siempre, !Apaga la luz Dodó! Y el horror que comienza de nuevo…
