viernes, 4 de marzo de 2011

Pase y adivine. (Por tiempo limitado)



Esta es una de las fotos del festejo. La hermosa actriz rubia no está presente. Yo si. Los que me conocen, abstenerse. A ver si con esto los hago comentar.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Mi Maja: Un chat




Maja!

Oh Maja!

Cuentame de la actriz!

Soy una tarada Maja, me vi re lenta.

Naaaaaaaa

Alguien que me mate por no saber ligar con guapas.

Maja, no tenías que hacer nada, ella te estaba ligando a ti y ya está.

Y porqué no me llevó? a su cama, digo.

Bueno Maja, pues no era tan rápido, pues.

Ja!

Tiene lo suyo la actriz. Y eres todo su perfil: Buga, con hijo. Según se le gustan así.

Ja!

Te organizo un encuentro? Iba con una amiga mía. Hoy en la noche le llamo.

Pues, esas cosas nunca jalan Maja. Tu crees?

Oh Maja! Qué escándalo!

Cuál escándalo? Si todavía no hay escándalo.

Si Maja, es un escándalo ya.

Por? Alguien dijo algo? Jesús del huerto!

Maja yo lo vi. Estabas sonrojada intercambiando lentes con ella…

Si. Ja! Estaba sonrojada y paralizada.

Le voy a llamar a mi amiga y te aviso.

Oh Maja…

Ay Maja!

lunes, 28 de febrero de 2011

El cumpleaños de mi Maja: (y 2)




     Estoy sola de nuevo en el sillón. Engarrotada. Aburrida. Creo que lo más sensato sería levantarme y escabullirme con gracia. Irme a mi casa. No hay más, pienso.

Camino hacia la salida y me doy cuenta de que casi todo el mundo está afuera. Desde que la salud es un tema de la agenda mundial, en los bares sin terraza, los festejos suelen dividirse entre lo que ocurre afuera, en la banqueta y lo poco que ocurre adentro: una Maja zozobrando. Porque en todo caso, los no fumadores acompañan a los fumadores en el exterior, y yo tengo a atravesar esa pequeña multitud para llegar a mi auto. Buenísimo.

Me detengo en la puerta. Miro distraida. No hago nada. El efecto adverso del redbull no es solo haber perdido el sueño sino la movilidad. Me imagino que como el botox en la cara, el redbull entumece  el cuerpo y sobre todo paraliza el cerebro.

Sin darme cuenta, alguien se aproxima a mi y dice:

-¡Qué lindos lentes usas!

Después de varios segundos consigo reaccionar. La que me lo ha dicho es la hermosa actriz rubia.


Me quedó helada y al mismo tiempo pareciera que la sangre muy lentamente empieza a circular de nuevo por mis venas, con un efecto de total efervescencia.

Me sonríe y me da la espalda pero sin alejarse demasiado. !Qué tal! Pudo haber elegido a cualquier otra, esta noche sobran las guapas, pero se dirigió a mi y no lo puedo creer.

Se acerca de nuevo:

-Que lindos lentes, de verdad.- repite. Y yo no pierdo la oportunidad de responder.

-Son de verdad- le digo al tiempo que me los quito y se los ofrezco. –¿A ver los tuyos…?

Mi gesto no duda, si bien mi respuesta carece de chispa, el brazo que se extiende hacia ella, es una invitación a un roce de manos. Contacto físico.

Cada una se acomoda los anteojos de la otra. Nos miramos. Se ve linda con los míos. Los suyos sin embargo, so re masculinos, como todo en su atuendo hoy. Y no por ello feos. Que conste.

-¿Lo ves? –dice. –También los míos son de verdad.- Sonríe. -Te quedan bien.

Yo la miro en silencio. Petrificada. No se me ocurre que más decirle, sonrío un poco. Ella se gira, no sé si bailotea o algo así, sus ojos ya no están puestos en los mios. Mis ojos no se separan de su figura. Me pregunta algo, no sé que. Creo que hablamos un poco de mi trabajo. No dejo de mirarla. Su atuendo, ese porte de niño-niña me tiene un poco perpleja. Cuando se acerca a decirme algo, descubro que tiene unos ojos que me quitan la respiración, de un verde muy clarito. Como un kiwi recién partido. Me encantaría decírselo. No puedo. Me tome un redbull y tengo las neuronas en Idle.

La observo. Parece un chavito jugando a dominar un balón y mi atención al mismo tiempo y a toda costa. Lo consigue. De tanto en tanto comprueba que la sigo mirando. Las botas toscas, la chamarra que le cuelga un poco de los hombros. Mi mira de nuevo y se acerca. Quiere saber mi nombre. Respondo.

Mis ojos no pueden dejar de recorrerle las mejillas, tiene una piel divina. Los pómulos altos y aterciopelados. Con sus ojos puestos en los mios dice muy lentamente:

-Tienes el nombre más hermoso que he escuchado en mi vida.

Y no se refiere al Maja. Se refiere a las cinco letras que componen mi nombre. Y lo repite un par de veces. El efecto es demoledor.

-Yo me llamo tal. Mucho gusto, Maja. –Maja. Y lo dice de nuevo. Y yo hiervo en las ganas de decirle que ella también tiene un nombre espectacular, como toda ella. Quiero decirle que es la más guapa y talentosa. Que sus ojos me tienen hechizada. Que el gusto es todo mio. Pero no me atrevo. Simple y sencillamente no puedo. Me quedo muda. Soy como esa bolita de colores que aparece en la pantalla de mi compu cuando no puede ejecutar una tarea. Todo está en pausa. Estoy trabada. Es el redbull. Es ella que me intimida, de tan bella.

Rezo por dentro. Me imploro a mi misma: ¡Dile algo, haz algo! ¡Actúa!

No puedo dejar de mirarla. Ella no puede dejar de moverse. La recorro de arriba a abajo y de sur a norte, de nuevo. No puedo evitar detenerme en los senos que se le adivinan apenas a través de la tela suave de algodón de una camiseta de corte varonil. Ni manera de decirle eso tampoco.


¡Dile algo! ¡Cualquier cosa! ¡Hazla reír!


Se acerca despacio de nuevo, mi mira fijamente, sin parpadear. Intuyo la despedida.

-De verdad, tienes el nombre más hermoso que haya escuchado jamás. Me encantó conocerte.

Se aleja. Se me queda un grito atorado en la garganta. No te vayas, no me dejes.

Es tarde ya. Puta madre. Entro de nuevo al local, me encierro en el baño. Me miro un par de segundos frente al espejo del tocador. A mi reflejo le digo de frente: Qué estúpida. Me lo repito a mi misma: ¡Qué estúpida soy!

Cuando salgo de nuevo, de la actriz hermosa y rubia, vestida a lo James Dean, no hay rastro. Su imagen como una impronta en mi  cabeza, su boca deliciosa repitiendo mi nombre.


Es tarde. Logro escabullirme. Busco las llaves del coche en mi bolso. Me acomodo en el asiento, me abrocho el cinturón y regreso a casa. Suspiro una y mil veces más.