lunes, 14 de febrero de 2011

Muy Lindo: De nuevo Sábado.

Muy Lindo es oportuno. Esperó 15 largos días para buscarme de nuevo, vía chat (parece que de este nivel no pasaremos). Oportuno porque sabe que sólo cada quince días no tengo al Majito conmigo; sabe pues que estoy de recreo.

Sin que mediara recriminación de mi parte le dije que si; acordamos vernos hoy sábado, pero las horas pasan y la tarde avanza. La única llamada que recibo es de mi amiga La Güera que me invita al concierto de la Ofunam en la Neza y la idea de usar aretes largos y una falda al bies que se columpie por debajo de las rodillas y al vaivén de unos tacones altísimos, me seduce de inmediato. 
Sin embargo no salgo de mi casa sin mandarle un mensaje a Muy Lindo. De celular a celular. Le escribo que voy a un concierto y que nos podemos ver cuando salga. Total, nuestra actividad recreativa se circunscribe a la noche y a las sábanas así que bien podría aparecer a la media noche como esa última vez que nos vimos. Remato con un ¡muchos besos! rezumando optimismo.

Cuando salimos del concierto y una vez que mi celular tiene señal de nuevo, descubro sin sorpresa que Muy Lindo ni siquiera ha respondido a mi mensaje. Nada. Ni un acuse de recibo. La Güera que suele tomarse estas afrentas con la pasión que la distingue,  espeta al aire: Hijo de puta. La miro y sonrío. Me encojo de hombros y la apuro a resguardarnos del fresco en un lugar agradable con un tinto de por medio.

Ya en mi casa y cuando únicamente me resta quitarme con mucho cuidado las medias divinas que rematan con un encaje que se ciñe sin esfuerzo a la mitad del muslo, me doy cuenta de una rasgadura imperceptible y por lo mismo evidente. Una fisura que divide grotesca, la urdimbre de la trama. Obvia como una grieta en un desierto. Arruiné mi media nueva. Mierda. Y no tiene remedio.

Me resta una cosa por hacer. El lunes, apenas abra el messenger, Muy Lindo será nuevamente borrado de mis contactos.

De ñoñerías  estuvo bueno, ¿no?