martes, 21 de diciembre de 2010

El Pibe: El que persevera, ¿alcanza?


El Pibe insiste. Con mensajes de celular o con llamadas. No suelta prenda.

Cada mensaje es un EgoSnack que leo casi empalagada. A veces respondo cualquier cosa, a veces solo el silencio . Me deja respirar un par de días y acomete de nuevo con el ímpetu de un cazador.

De Machín Patán no sé nada. Debe estar por llegar pero salvo un chat insulso las cosas con él parecen un enigma. Se arrepintió, seguro; y tan solo de pensarlo me siento un poco humillada, herida en mi amor propio.

De Muy Lindo tampoco sé nada. Ni siquiera un chat bobalicón.

Ese futuro de catres que me auguraba Sylvia –la del Tarot-, ya no resulta tan cierto. Sin embargo por estos días he recibido mails o coincidido en el chat con algunos catres de mi pasado. Fuegos, Aires, Tierras y Aguas. No cuentan. Están lejos o mi interés navega por otras latitudes.


Doy una ojeada a los mensajes de mi cel. El Pibe ha mandado 15 en los últimos días. 16 con el que llega en este momento.

“Che, Bombón. Me voy a casa en unos días, quiero verte antes de irme. ¿Podés?”

Y mi respuesta no me sorprende. Digo que sí, por supuesto.