sábado, 24 de abril de 2010

Tj: Dánae


En algún momento nos gana la sensatez. Tj lleva horas sin comer, yo por el estilo. Y pide algo a domicilio. Tacos claro.

Nos vestimos un poco para esperar la cena y nos vamos a escuchar música al estudio. Para llevar un día sin dormir Tj se ve muy relajado y activo. “Mucho” diría yo para el asalto previo, que no fue breve.

Platicamos un rato, él hablando y yo escuchando. Cada que puede hace un chiste que me hace reir. Algunos a carcajadas, y me gusta. Me gusta la gente con sentido del humor y lo escribo sonriendo. Por momentos bosteza y lo veo pálido; apuro el bocado.

Satisfechos de comida y como tigres felices, regresamos a la cama.

Está cansado pero no se queja y sigue tocándome con devoción y pregunta que quiero y cómo quiero que me lo haga. No respondo.

Tendida de espaldas; Me levanta un poco, me incorporo apoyandome en brazos y rodillas para que mi columna quede en ángulo recto con su pelvis, y me penetra desde atrás que no es lo mismo que por atrás.

Y me muevo muy lentamente.

Somos como dos serpientes enroscadas, unidas por un centro común. Si me giro, gira y se acomoda suavemente. Me recuesto hasta quedar con la vista al techo de nuevo, él enroscado en mis piernas, atado de mis caderas unido al centro del que no se ha desplazado un centímetro. Y seguimos besándonos , sus manos atentas a mi torso, su cadera un metrónomo que marca la velocidad de un “tempo” que no termina de repetirse;

Me viene a la mente la imagen de la Dánae de Klimt. Sólo ella sabe ese secreto que guarda; si no es una lluvia de oro eso que me corre entre las piernas, es una cascada de estrellas, en una via láctea desordenada de un mundo fantástico del que no quiero regresar.


Creo que el viaje me duró días, porque hasta hoy caigo en la cuenta, de que de Tj no sé nada. Y me refiero al hecho de que no ha llamado, no me ha buscado en el Chat, mucho menos un breve mensaje al cel. o en twitter. Nada.

Y no puedo evitar sentirme, aunque sólo sea un instante, como un cachorro abandonado.

Breve. Sola. Lost

4 comentarios:

  1. Que triste sentirse como cachorro abandonado...supongo que pronto pasará y encontrarás otros brazos que te cobijen

    ResponderEliminar
  2. Estimado Anónimo,

    No es tan trsite sentirse como un cachorro abandonado, porque son irresistibles. A poco no?

    ResponderEliminar
  3. al final del día creo que lo irresistible de los cachorros abandonados es que no tarda en venir alguien a relamerle el cuerpo, orejas y tórax para apropiárselo... quiubo?
    y sí!! Dánae retoza con esa contorsión que según yo solo la da 2 cosas, el placer y el parir... wow me encantó!!

    ResponderEliminar
  4. Yadira,
    Yo ya quiero abrir el refugio del cachorro abandonado por aquello de las relamidas y demás.
    Dánae es única, como irrepetible el momento del parto!
    Bienvenida

    ResponderEliminar