jueves, 6 de mayo de 2010

Tj: También podemos hablar (2)

Me obsequia una sonrisa llena de malicia y cargada de expectativa. En ese momento la que se siente con malicia soy yo que bajo en línea vertical desde su clavícula hasta el vientre, dibujando con la lengua. Mi mano derecha aprieta su pija; lo masturbo muy lentamente y lo veo echar la cabeza hacia atrás, gimiendo.
Trata de tomarme por las axilas para levantarme y besarme, no lo permito. En ese momento toda mi atención está puesta en retraer los pliegues de piel que le rodean el glande. Tengo cierta preferencia por los penes no circuncidados, me parece que no sólo lucen mejor sino que siempre se ven más grandes de lo que son. El de Tj no necesita aparentar nada, es enorme.
Digamos que podría ser el protagonista en un plano muy cerrado, de una película porno.
Y empiezo a chupar, a rodearlo con la punta de la lengua, a succionar. Una de mis manos sube y baja por el tronco hasta la base, le acaricio los testículos , los aprieto un poco hasta oirlo gemir no sé si de placer o de dolor. En un acto deliberado retiro mis rizos esparcidos sobre su vientre, me paso el pelo por detrás de la oreja porque quiero que me vea. La punta del pene en mi boca rodeado de mis labios que son generosos, el superior ligeramente más abultado que el inferior. Lo miro con descaro y mordisqueo apenas, succiono con fuerza.
Tj no articula palabra; supongo que cada gota de sangre de su torrente sanguíneo está agolpada allá abajo y le ha abandonado el cerebro. El pulso latiendo desde ahi, como si el corazón se le hubiese movido de lugar.
Aunque me mira desde arriba, entera y sumisa lo que me excita es pensar justamente lo contrario, que lo tengo a mi completa merced. Ahora si, dejo que me levante con cierta brusquedad; de un jalón mis jeans salen volando.

-quiero cogerte.
-estoy indispuesta.
-¿eso qué significa?
-que nuestro amor clandestino ya pasó por otro ciclo de 28 días .
-¿tan pronto?
-…..
-bueno, también podemos hablar ¿no?

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