viernes, 7 de mayo de 2010

Tj: También podemos hablar (y 3)

El mismo diálogo se repite de tanto en tanto, cuando las pausas de los besos y las caricias lo permiten. De mi atuendo sólo me quedan las bragas en el cuerpo y el rubor en las mejillas. Lo único que se de cierto, es que no me va a coger.

-quiero que me cojas
- Y boluda, no puedo. Tengo no sé que con el tema de la sangre.

A mi este tema de la sangre hace rato que dejó de importarme. Estoy excitada, quiero venirme y lo quiero dentro de mi con urgencia. No sé que se imagina este tarado, pero me apropio de su paranoia y me siento en esa escena de Barton Fink; La jóven desnuda a su lado y él solícito aplastando de una palmada al zancudo que se le ha posado en el hombro, como consecuencia del golpecito, la sangre sale a borbotones y la guapa se desangra hasta morir.

Para entonces mi propósito es que Tj se venga cuanto antes. Inutil el desvelo en martes cuando en horas tendré que estar de pie, preparándole el lunch al Majito y llevándolo a la escuela.

Y manos y boca, se encargarán de ponerle fin al tormento. Al suyo.

Está muy cerca de venirse, se le ve en los ojos volteados y el gesto desfigurado. Yo sigo extendida en sus piernas, acariciando y chupando. Con un ritmo que empieza a volverse frenético Tj se masturba. Me toma la mano para que lo acompañe, consigue establecer el ritmo y la presión. Yo me acomodo por un costado. Su mano y la mia jalan, estiran cada vez más rápido. Y me cede el puesto para que mi mano termine el asunto.

- seguí, dale, seguí. Y yo sigo, le doy, sigo.

En un instante parece que volvió desde las nubes y me mira perplejo.

- No soy zurda. Digo casi con culpa y una carcajada se me empieza a salir de adentro, inevitable; al tiempo que vuelve a acomodar su mano junto a la mia y mientras salen chorrros disparados hacia todos lados, solo lo escucho decir:

-Hija de Puta.

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