viernes, 3 de diciembre de 2010

Muy Lindo: Sábado

Este sábado ha sido lindo. Ultimamente mis días han sido lindos; todo luce teñido de una patina linda. Y es que tengo dos días enteritos para mí, para hacer lo que yo quiera y lo que quiero es ver a Muy Lindo.

La mitad del día se me ha ido en nada. Mi casa es un caos, la cocina es como una postal de Bagdad. Creo que todos los platos están sucios, los vasos igual y antes de lavar uno, prefiero tomar agua o leche en un plato hondo. Eso, con tal de no lavar trastes que es la actividad que más detesto en la vida y que tendré que hacer antes de que el Majito regrese mañana.

Hoy hay cartelera doble de beis. Dos juegos seguidos de mi equipo. El primero empezó a media tarde y yo lo sigo, instalada en una mecedora, con la pijama aún puesta y mordisqueando una de las galletas que el Majito dejó en un plato.

A mi celular llega un mensaje:

“Preciosa, fue tu cumpleaños y también el mío. Quisiera celebrar contigo y tomarnos una copa”
Es el Ingeniero. ¡Qué lindo! ¡Ja! ¿Perderme un juego de beis por una copa? No, ni loca.


En la octava entrada del juego, la ventanita del chat brinca en mi pantalla, Muy Lindo me saluda:

Hola señora guapa. Que haces?
Respondo que veo el juego. Le pregunto cómo está. Sonrío. No incluyo “¿Nos vamos a ver?” Nada de parecer impaciente.

Estoy en el dentista, escribe. Me duele una muela, añade.
¡Pobre! ¿Inhabilitado para besar?
Jeje. Cuánto me caga que me respondan con un jeje.

Pasan dos minutos… yo no respondo nada. Espero.

No, como crees? escribe.
Ah.
Y qué estás haciendo?
¿Qué no me preguntaste lo mismo hace 3 minutos?
Ya te dije, estoy viendo el juego de beis.
Tienes plan al rato?
No. Hacemos algo?

Pasan dos outs más y el corte a comerciales antes de que responda:

Está muy chistoso esto del dentista, como que me está doliendo. Y si te busco al rato? Es que no sé como me voy a sentir.
Va. Buscame al rato.

Es un ñoño este. Ya se me había olvidado cuánto. En 20 minutos de chat no pasó nada y si nos vemos al rato, yo tendría que correr a la regadera a bañarme para tener tiempo de que se me sequen los rizos. Con la posibilidad latente de que no nos veamos. Buenísimo. O sea, mierda.

Una hora después Muy Lindo me vuelve a buscar en el chat:

Ya mero salgo. Bueno como en una hora…
Y te duele mucho? Ya me pegó lo ñoña. Mierda. Sacudo la cabeza y escribo:
Bueno, nos vemos? Qué quieres hacer? Vamos al cine? Me invitas a tomar algo a tu casa?
Jeje. Estaría
Estaría qué?
Es que vivo con mi roomie y no va a salir y tenemos el depa medio desordenado.

La idea de otras sábanas como las de El Pibe, me horroriza. Ni hablar. Me juego una última carta:

Te invito a mi casa a jugar dardos. Te late?
Jeje órale, suena bien. pero te aviso al ratito porque todavía no salgo del dentista.

Ya me cansé. Todavía no llegamos a nada y ya me cansé. Me lleno los pulmones de aire, le pido al cielo un poco de paciencia y escribo:

Va. Sólo avísame, ¿ok?

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